domingo, 20 de julio de 2014

Manuel Ascencio Segura

Manuel Ascencio Segura y Cordero, fue un escritor y dramaturgo peruano, representante importante del costumbrismo en los inicios de la literatura republicana. Es considerado como el creador del teatro nacional peruano, junto con Felipe Pardo y Aliaga, con quien a menudo polemizó. Destacó con sus comedias y sainetes costumbristas, que enriqueció con voces y giros populares. Segura representó los valores democráticos de la nueva sociedad peruana, lo que se refleja en el sabor criollo de sus comedias. Mestizo de clase media pobre, tenía una gran afinidad con lo popular y los nuevos grupos sociales que emergían en un país recientemente emancipado. En su honor, el Teatro Principal de Lima fue rebautizado con su nombre en 1929 (Teatro Segura).
Nació en Lima, el 23 de junio de 1805. Fue hijo del teniente del ejército español Juan Segura y de la dama limeña Manuela Cordero. Su familia paterna era oriunda de Huancavelica, pero se hallaba ya instalada en Lima, residiendo en el muy criollo barrio de Santa Ana. A instigación de su padre, siguió la carrera militar enrolándose en el ejército realista como cadete. Tenía entonces 13 años.
Combatió al lado de los españoles y junto a su padre en la batalla de Ayacucho, la última de la guerra de la independencia. Derrotada la causa realista que defendían, los Segura se quedaron en el país, y el joven Manuel pasó a servir en las filas patriotas, alcanzando el grado de capitán del segundo batallón Zepita, acantonado en Jauja, en 1831. Eran los días del primer gobierno del general Agustín Gamarra, del que fue partidario.
Entre 1833 y 1834 Manuel A. Segura escribió su primera comedia, La Pepa, en la cual reprochaba la prepotencia de los militares, aunque no llegó a representarse ni a ser editada,  debido a que su crítica implícita podía poner en peligro su carrera militar.
Durante los siguientes años, Segura se vio inmerso en las sucesivas guerras civiles de los inicios de la república. Fue seguidor de Felipe Santiago Salaverry bajo cuyo auspicio fue nombrado administrador de la aduana de Huacho. Luego decidió trasladarse al sur, para combatir al lado de Salaverry contra la invasión boliviana de 1835. Derrotado su bando, fue hecho prisionero en Camaná y con dificultad salvó su vida. Instalada la Confederación Perú-boliviana, permaneció marginado de la milicia. Derrotada la Confederación en 1839, fue nuevamente llamado por el general Gamarra para servir en el ejército, del cual se retiró definitivamente siendo Teniente Coronel de la Guardia Nacional, en 1842. Segura pasó a engrosar la burocracia como empleado del Ministerio de Hacienda.
Por esos años, Segura escribió en diversos periódicos, como El Comercio de Lima, del cual fue redactor. Allí publicó su única novela, Gonzalo Pizarro, por entregas. En 1841 decidió dejar dicho diario para dedicarse a la edición de un periódico propio, titulado La Bolsa. En él aparecieron sus artículos de costumbres "Los Carnavales", "Me voy al Callao", "El Puente", etc. Sus artículos de costumbres publicados en diferentes periódicos fueron "El té y la mazamorra", "Los viejos", "Las calles de Lima", "Dios te guarde del día de las alabanzas", etc. De esa manera se convirtió en el representante mayor del costumbrismo, al lado de Felipe Pardo y Aliaga.
Para esos años, Segura era también el hombre del teatro en Lima. Efectivamente, entre 1839 y 1845 fue el único que, cada cierto tiempo, estrenaba piezas en el ambiente limeño. Enseguida estrenó el drama histórico Blasco Núñez de Vela (1840), la comedia La saya y el manto (1841-1842) y el entremés La mozamala (1842).
En la noche del 24 de enero de 1845 estrenó en Lima la primera versión de Ña Catita, sin duda la más reconocida de sus piezas teatrales.
El 20 de abril de 1843, a los treinta y siete años, se casó con Josefa Fernández de Viana, de veintitrés años de edad. Con su cónyuge marchó a Piura, adonde fue destacado como Secretario de la Prefectura. Allí vivió los siguientes once años. Fundó y dirigió el semanario El Moscón en el que predominaba la sátira y la burla, atacando los vicios y desmanes de la política criolla. Dicha publicación solo tuvo tres años de vida (1848-1851). Por esos años escribió también La Pelimuertada, subtitulada Epopeya de última moda (1851), poema satírico lleno de ingenio, en el que nuevamente arremetió contra su rival literario, Felipe Pardo. De vuelta a Lima, se dedicó de lleno a las labores literarias. Entre 1854 y 1862 llegó a ser intensa su actividad teatral. Consagró su ingenio a la comedia costumbrista y se erigió como el creador del teatro peruano. El 9 de diciembre de 1854 estrenó la comedia La espía, y el año siguiente, El resignado. Reestrenó su comedia Ña Catita, el 7 de septiembre de 1856, con gran éxito. El 15 de septiembre de ese año de 1856 estrenó Nadie me la pega, y el 24 de enero de 1858, Un juguete. En enero de 1859, en colaboración con el joven Ricardo Palma, presentó el sainete El santo de Panchita. En 1861 estrenó Percances de un remitido; en julio de 1862, el sainete Lances de Amancaes, y en septiembre de ese mismo año Las tres viudas, comedia en tres actos.
Entre 1860 y 1861 fue diputado suplente por el departamento de Loreto, pero su actuación legislativa fue opaca.


Buen padre de familia, con su esposa doña Josefa tuvo dos hijos, uno muerto a temprana edad y otra llamada María Josefa del Rosario. Golpeado por problemas de salud y por sucesivas desgracias familiares, murió el 18 de octubre de 1871.

Felipe Pardo y Aliaga

Nació en Lima el 11 de junio de 1806. Fue un poeta satírico, dramaturgo, abogado y político peruano. Perteneciente a la elite aristocrática limeña, fue junto con Manuel Ascencio Segura el representante más importante del costumbrismo en los inicios de la literatura peruana republicana. Sus padres fueron el magistrado gallego Manuel Pardo Rivadeneira y la dama limeña Mariana de Aliaga y Borda.
En 1821, tras la proclamación de la Independencia del Perú, su padre decidió marcharse con su familia a España. Allí, Felipe Pardo estudió bajo la guía de Alberto Lista, en el Colegio de San Mateo; y bajo el amparo de aquel maestro ingresó a la Academia del Mirto, en Europa recibió una formación de orientación clásica.
Regresó al Perú en 1828, para hacerse cargo de intereses familiares, ya que sus abuelos maternos habían fallecido hacía poco. Establecido en Lima, fue nombrado profesor de Matemáticas y Filosofía en el Seminario de Santo Toribio, y se dedicó a los estudios forenses para recibirse de abogado, en la Universidad de San Marcos.
Felipe Pardo con ayuda del ministro José María de Pando, había fundado en 1827 el “Mercurio Peruano, importante diario de la época. Felipe Pardo publicó su primer trabajo literario en el Mercurio Peruano: una oda titulada “Vuelta de un peruano a su patria”.

En septiembre de 1830 fue nombrado Secretario de la Legación peruana en Bolivia. De paso por Arequipa, se examinó para optar el título de abogado. De vuelta a Lima, contrajo matrimonio con Petronila de Lavalle y Cabero, joven perteneciente a una importante familia de la elite limeña. Meses más tarde, estrenó Don Leocadio y el aniversario de Ayacucho. Hizo oposición al gobierno del general Luis José de Orbegoso. Su primera orden de deportación ocurrió en 1834, acusado de participar en una conspiración contra Orbegoso. Sin embargo, Pardo logró eludir la orden, escondiéndose en diferentes barcos anclados en el puerto del Callao. Finalmente, fue amnistiado. De vuelta a la actividad, publicó el periódico “El Hijo del Montonero”, en contraposición del periódico orbegosista El Montonero (1834). Durante el Directorio de Manuel Ignacio de Vivanco, Pardo fue Ministro de Gobierno y Relaciones Exteriores (1843-1844). En 1844 editó el periódico La Guardia Nacional, que tuvo 37 números, en donde defendió a Vivanco, representante del conservadurismo político. Dicha publicación se cuenta entre las más notables aparecidas en Lima. Cuando Vivanco fue derrotado y derribado por la revolución constitucionalista encabezada por Ramón Castilla, Pardo tuvo que partir al destierro por séptima vez. Aquejado por sus problemas de salud, se retiró definitivamente de las actividades públicas, dedicándose exclusivamente a sus labores literarias. Ayudado por su hija Francisca (a quien llamaba cariñosamente “Paca”), dedicó las pocas energías que le quedaban para la recopilación de sus obras, en prosa y verso, la cual apareció impresa al año siguiente de su muerte, con prólogo de su hijo Manuel Pardo y Lavalle. Murió el 24 de diciembre de 1868 en Lima.

Mapa conceptual sobre el Costumbrismo


lunes, 14 de julio de 2014

a) Costumbrismo

-Definición:

Fue un movimiento literario que apareció en Lima en el siglo XIX, que buscó retratar y corregir las maneras de comportarse de los ciudadanos de esa época.

-Características:

-Descripción de usos y costumbres.
-Presentación de la cultura limeña en esa época.
-Tono humorístico.
-Concepción utilitaria de la literatura.
-Actitud moralizante.
-Se trabajó la comedia, poemas satíricos y artículos de costumbres.









domingo, 13 de julio de 2014

II. Literatura de la República

1) Antecedentes:

La Literatura republicana de este siglo tiene sus orígenes y antecedentes en la Literatura pre-revolucionaria del siglo XVIII, en la cual se pueden distinguir diversas etapas relacionadas con los acontecimientos y procesos políticos de la época, y que se reflejaron:

  1. En los Pasquines Anónimos, que eran redactados contra la autoridad virreinal de la época, denunciando los atropellos, y demandando justicia, anteriores a la revolución de Túpac Amaru y en los que expresaron el descontento criollo por las reformas fiscales de! Despotismo Ilustrado.
  2. En las manifestaciones en contra o a favor del caudillo indígena, el heroico Túpac Amaru.
  3. En los escritos por la lucha de la independencia.
2) Características:

  • Corrientes literarios: costumbrismo, romanticismo, realismo,  modernismo y regionalismo nativista.
  • Cosmopolitismo y afirmación de lo nacional con Gonzales Prada y A. Valdemar.
  • Estudio y recopilación  de la literatura oral quechua: Adolfo Vienrich.
  • Géneros: Poesía, narración, ensayo, teatro, periodismo.
  • Aporte singular de las ciencias sociales. 
3) Corrientes Literarias:

La literatura republicana se dividió en 3 corrientes:
  1. Costumbrismo
  2. Romanticismo
  3. Realismo

Fábula "El Cantero y el Asno"

Nos dicen ciertas gentes
que es incapaz el indio;
yo voy a contestarles
con este cuentecito.

Bajaba una mañana
un cantero rollizo,
repartiendo y lanzando
latigazos y gritos

sobre su infeliz tropa
de cargados borricos.
 "¡Qué demonio de brutos!
¡Qué pachorra!... me indigno!

Los caballos son otros,
tienen viveza y brío;
pero a ésos no los mueve
ni el rigor más activo".

Así clamaba el hombre;
mas volviendo el hocico
el más martagón de ellos
en buena paz le dijo:

"¡Tras cuernos palos! ¡Vaya!
Nos tienes mal comidos,
siempre bajo la carga,
¿y exiges así el brío?

¿y con azote y palo
pretendes conducirnos?
¿y aun nos culpas de lerdos
estando en ti el motivo?

Con comida y sin carga,
como se ve el rocino,
aprendiéramos luego
sus corvetas y brincos;

pero mientras subsista
nuestro infeliz destino,
¡bestia el que se alentara!
 Lluevan azotes, lindo;

sorna y cachaza, vamos,
para esto hemos nacido".
Un indio, si pudiera,
¿no dijera lo mismo?


Comentario sobre la fábula “El Cantero y el Asno”

La obra es una protesta contra la discriminación a los indios por parte de los grupos de poder, representados por el cantero, llamados así porque transportan piedras desde una cantera hacia el pueblo, sometiendo a ese duro trabajo a un grupo de asnos. El maltrato y los insultos de parte de los canteros son similares a los que sufrían los indios en esa época. Lo lamentable es que hasta hoy sucedes esto, ya no a los indios, sino gente marginada por el sistema, sean provincianos, pobres, emigrantes, etc. Melgar denuncia que esta situación no es culpa de los indios, sino de quienes los gobiernan. Esta fábula confirma que los temas que desarrollan las fábulas Melgarianas siguen siendo muy actuales y se siguen dando en esta época.